UNO
Tenía un alma viscosa.
Adivinar,
transparentarse, nunca.
Debajo de la ropa clara
debajo de la piel
como de brillantina,
no había luz
ni rocas ni agua.
Esa viscosidad,
vaya a saber
lo que había en su alma.
De La calma, recopilado en La mitad de la verdad, bajo la luna editorial, 2008.
Es la palabra
ResponderEliminarla que me llama
y yo acudo
listo para su voz
de aviso y sustantivo
como ese sol que nos ilumina
para llagarnos la mirada
me emocionas mucho Irene
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